Cap. 1 Sombras

Cada noche, cada segundo de aquella maldita tarde vuelve a repetirse. Cada noche, desde aquella maldita tarde el destino vuelve para reirse de mi, de mi naturaleza humana, de mi inutilidad...
Cada noche... esos ojos tristes vuelven para astillar lo poco que queda de días pasados. Reaparecen para encender en mí la llama que siempre creo apagada.
¿Acaso hay algo más desgraciable que estar condenado a vivir en la ilusión de olvidarte...?, ¿Algo peor que despertar cada día recordandote?
El paisaje, movido por compasión hacia el chico, devolvía a Evan cada pregunta a modo de respuesta. Sus ojos anaranjados se fundían con las nubes, ahora apresuradas ante el viento.
Con desgana, el joven recoge su espada tendida en la hierba y se reincorpora en busca de algo más que el eco por respuesta. Al instante, como zarandeado por una presencia, se gira con rapidez.
...Tan solo el murmullo de la brisa invisible a la luz de la luna.
Una gota cae sobre los cabellos castaños del decepcionado Evan, que se echa la capucha y empieza a caminar antes de que comenzase a llover.
Una vez el chico despareció por completo, el cielo se despeja y el árbol bajo el que se hallaba se sumergió en un profundo sollozo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario