Por última vez miré a la otra orilla orgulloso... - Lo conseguí - pensé para mi.
- ¿Cómo te sientes ahora que todo por lo que has luchado ya no tiene sentido? -
Fue entonces cuando me percate de que él aún estaba con vida.
Lo que antes era la criatura más aterradora que nunca había visto, ahora tan sólo era un chico de cabellos oscuros y mirada perdida. De alguna manera había vuelto a su naturaleza más humana.
- Feliz... me alegro de haber sido útil - le contesté mientras esbozaba una sonrisa
Él me miró perplejo, hasta que por fin se atrevió a volver a hablarme.
- ¿Que Dios te hace sentir útil perdida toda esperanza? -
No tenía pensado responderle, de manera que me limite a gastar mis últimos instantes observando la ya azulada luna
El chico soltó una carcajada, yo hice caso omiso.
- Ya entiendo... lo único que hace a un mortal reir en su lecho de muerte, lo único que compite con la lealtad hacia los dioses, lo único por lo que un hombre da su vida con una sonrisa... - se hizo el silencio
- Lo único - continuo el chico, que cada vez parecía más humano - lo único, por lo que un demonio arrepentido como yo, desearía volver a vivir -
El chico se reincorporó con dolor ante mi atenta mirada.
- No lo comprendo, el ultimo golpe que te asesté debería habernos matado a los dos, en cambio ninguno...- paré de hablar cuando puso su mano en mi frente
- Te mereces una segunda oportunidad - fue lo último que escuché
Sentí como su energía me invadía por completo, hasta el punto de unirse con la mía... me rendí a lo inevitable y cerré los ojos.
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